Tener un Maestro es algo de valor incalculable. ¿Podrían nuestros hijos educarse a sí mismos? ¿Podríamos vivir el día a día sin recurrir al conocimiento de aquellos que son conocedores de otras materias necesarias para proseguir nuestro camino y progresar?
A través de los años he sentido el llamado de incluir imágenes de ángeles y arcángeles como parte de mis trabajos y expresiones artísticas. En muchas ocasiones durante mi participación en ferias de arte muchas personas se han acercado para preguntarme porque he dedicado parte de mi obra a este tema. Las preguntas siempre me han llevado a recordar y a reflexionar sobre un momento en mi vida en el que enfrente dificultades y en el que la imagen y los escritos sobre San Miguel Arcángel me ayudaron a superar dichos retos.
Un mudra es un gesto realizado con las manos y que generalmente es practicado por meditadores, practicantes de yoga, reikistas, y que lo vemos comúnmente en guras de Buda. Dentro del marco filosfico budista e hinduista algunos de estos gestos son considerados sagrados. Para el meditador o el devoto, un mudra es una expresión simbólica y silente de un mensaje que implica trascendencia.
Aun siendo el cerebro el órgano más usado y probablemente el menos conocido, los últimos descubrimientos y avances sobre su funcionamiento parece indicar que es posible.