EN LA BÚSQUEDA DE UN MAESTRO

25 September 2016 Author :   Wilfredo Robles

Tener un Maestro es algo de valor incalculable. ¿Podrían nuestros hijos educarse a sí mismos? ¿Podríamos vivir el día a día sin recurrir al conocimiento de aquellos que son conocedores de otras materias necesarias para proseguir nuestro camino y progresar?

 

Probablemente nos extraviaríamos, perderíamos mucho tiempo y nos tomaría años llegar a discernir cosas elementales que por alguna razón no vemos. Tener un Maestro o guía, tiene un valor incalculable, especialmente en asuntos tan profundos como lo es la intangible naturaleza espiritual. Si bien es cierto que TODOS  en alguna u otra forma somos maestros y alumnos, no todo el que dice ser un Maestro lo es. La moda o tendencia que comenzó en los años ‘60 como parte de un movimiento de protesta, trajo consigo mucho oportunista  y “maestros improvisados”.

 Al momento de decidir buscar un Maestro es importante discernir y acercarse con calma a quien identifiques como un posible Maestro o Guía espiritual. Procura que el deseo de encontrarlo no te lleve a caer preso de aquellos que hacen de esta necesidad nuestra un imperio o un culto a su ego.

Un viejo adagio dice que cuando el discípulo está preparado el maestro aparece. Pero cuidado… tal parece que la mediática, contrario a facilitarnos la búsqueda, nos ha traído una inmensa gama de predicadores, sanadores, y gurús con maravillosas técnicas de ascensión que han sido de mala experiencia para algunos. Al allegarte a un Maestro no te dejes llevar por las tendencias. No todo lo que brilla es oro, ni todo lo que se chupa es paleta. El hecho de que un Maestro sea yogui  o que se haya educado en la India no lo hace mejor que otro. Ve  con cuidado.

Al acercarte a un Maestro recuerda que en un mundo de ciegos el tuerto es rey. Quiere esto decir que todo Maestro, aun cuando tenga años de estudio y perseverancia en los caminos espirituales, seguirá siendo un humano y un alumno en proceso. Un verdadero Maestro  o Guía espiritual  seguirá buscando, aprendiendo, investigando y profundizando en los misterios de la vida para poder impartir conocimiento.

No podemos pretender que exista infalibilidad en estos, pero es importante que al acercarte a tu posible Guía espiritual percibas, sientas y observes si es natural, espontáneo, compasivo, inspirador, genuino y sin egoísmo. Como regla general nadie se hace un maestro o guía espiritual de la noche a la mañana. Un buen maestro espiritual ha invertido años en su preparación, y allanará el camino para ayudarte a alcanzar paz interior, sanación y autoconocimiento. Probablemente te pondrá a prueba, te retará y te confrontará con amor, ya que tiene la capacidad de ver las distintas facetas de la vida como herramientas espirituales y al estudiante como un todo.

Un buen Maestro o Guía espiritual debe motivarte e inspirarte, pero nunca obligarte. El maestro te enseñará un camino que ya ha probado, pero eres tu quien decide si lo sigues o no. Recuerda que el rol del Maestro es guiarte, no que lo reverencies, ni que le adores. Un Maestro es un humano como tú, que tiene vida social y que podrá ser un gran meditador,  pacifista, sanador, un alma vieja y desprendida pero, que al igual que tú, también está en su proceso de evolución.

Cuando tu Maestro llegue a tu vida, acércate con amor, pon el ego y el juicio a un lado, acepta el reto de crecer espiritualmente y déjate guiar y ten presente: “que el mayor de los Maestros habita muy dentro de ti”.

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