Para la época del 1630, Descartes consideró que la glándula pineal podía ser “el asiento del alma”. Sin lugar a dudas, esta diminuta glándula es de gran importancia no tan solo para el yogui, el metafísico o el psico-nauta que la activa por medio de enteógenos, sino para todos, ya que secreta melatonina, la hormona que nos induce al sueño.
Esta glándula está íntimamente relacionada con el ciclo circadiano y al componente visual de los sueños, a experiencias místicas, la clarividencia y las experiencias cercanas a la muerte.
La glándula pineal está localizada en el centro del cerebro, detrás y encima de la glándula pituitaria. Debido a que la pineal está bañada en fluido cerebroespinal y tiene más flujo sanguíneo por volumen cúbico que cualquier otro órgano, puede ser la glándula con la mayor concentración de energía en nuestro cuerpo.
Este GPS del alma, es mencionado en el libro “La Molécula del Espíritu” escrito por el Dr. Rick Strassman, quien alega que esta glándula es la parte del cuerpo más activa al momento de la muerte. Strasman comenta que en el “Libro Tibetano de los Muertos”, la glándula pineal tiene gran preeminencia, ya que según la práctica tibetana, el alma tarda 49 días en ocurrir la transmigración de la mente o la llamada reencarnación. Curiosamente es Strassman quien descubre una interesante relación, ya que la glándula pineal se manifiesta en el feto a los 49 días de gestación.
Además de la melatonina y serotonina, también se sabe que el DMT o la Dimeltriptamina también es secretada por esta glándula endocrina. Esta última sustancia es uno de los alucinógenos más potentes del planeta. Altamente sensible a la luz y a los campos magnéticos, esta diminuta glándula en forma de pino es uno de los misterios esotéricos más grandes de todos los tiempos.
La glándula pineal representada en la cultura egipcia como el llamado “Ojo de Horus”, era cuidadosamente separada y preservada durante los procesos de momificación. Los egipcios tenían tanto aprecio por esta diminuta glándula que su representación como el Ojo de Horus adornaba las paredes de sus imponentes estructuras.
Interesantemente Jacob, patriarca de la religión judía, bautizo con el nombre de Peniel el área donde estaba acampando y donde tuvo un encuentro con dios. El nombre Peniel muy parecido a Pineal quiere decir “Rostro de Dios”.
Enteógenos o sustancias vegetales psicoactivas comúnmente usados en contextos de rituales espirituales y místicos provocan este tipo de experiencias. De hecho, la palabra enteógeno significa “con dios por dentro”.
La ayahuasca, los hongos, el peyote y la salvia divinorum, son algunos de los enteógenos más conocidos y usados a través de la historia para acceder a estados no ordinarios de conciencia y percepción.
A medida que envejecemos la glándula pineal comienza a calcificarse y comienzan los problemas de sueño, ya que se produce menos melatonina. Gran parte de esta clasificación se debe al fluoruro.
Aun cuando este está presente en muchos alimentos de forma natural, en la actualidad el agua, productos dentales como la pasta de dientes y otros productos altamente procesados o expuestos a pesticidas, contienen gran cantidad de fluoruro.
Alimentos ricos en yodo como el brócoli y las algas marinas son una forma natural y alimenticia para reducir el flúor del cuerpo. El vinagre de manzana, las dietas alcalinas y el cacao rico en vitamina E, son también mencionados por quienes buscan mantener decalcificada esta bien guardada y misteriosa glándula.
El Ajna, sexto chacra o tercer ojo, como también se le conoce o se relaciona a la glándula pineal, aparece en constantes representaciones de deidades en la India. Shiva y otras deidades hindúes lucen a menudo con un tercer ojo en sus frentes. Este ojo representa el despertar, la iluminación y/o la capacidad de ver planos superiores o sutiles de existencia y consciencia.
Ligada por miles de años a prácticas y experiencias místicas o espirituales, no es de extrañar que la meditación sea la práctica más utilizada para la activación de la glándula pineal. La representación en forma de pino de la cabeza del Buda el Iluminado, el eterno meditador, es una clara manera de ilustrar que la meditación es una eficaz herramienta para activar esta glándula.
Estudios recientes confirman que la vibración puede activar o decalcificar la glándula pineal, lo que confirma por qué el mantra OM es considerado el rey de los mantras y una poderosa manera de activar este diminuto portal como también le llaman algunos. Durante la recitación del mantra OM, la resonancia crea una vibración que se expande a través de los huesos nasales impactando la glándula pineal de forma sutil. Esta es una forma natural de activar la glándula pineal, pero no podemos hacer en todos sitios y en todo momento, por lo que la ciencia y la tecnología se han unido, creando una moderna, cómoda y accesible forma de recibir los beneficios del mantra OM sin tener que recitarlo. Recientes investigaciones científicas han constatado la presencia de ondas cerebrales Gamma similares a las que se generan con la recitación del mantra OM o de los afectos de la Ayahuasca utilizando tecnología de sonido.
