Un perro feliz es un perro que no sólo hace suficiente ejercicio y se estimula mentalmente, sino un perro que sabe con total confianza y seguridad cuál es su papel en la vida y cuál es su posición. En una manada de perros no es el líder el que mantiene el orden, es el establecimiento de reglas que se deben y no son los seguidores que admiran al líder como guía.
Tanto el líder y los seguidores están contentos cuando el líder hace que el resto de la manada se sienta que están a salvo y el líder ve la estructura que creó y está confirmada. El líder es feliz y los seguidores están contentos porque ambos saben que su supervivencia depende de este orden.
El líder es el ser más fuerte de mente, el ser que muestra una autoridad natural y es capaz de tomar buenas decisiones, confianza. Todo está en la mente y la energía que está siendo proyectada; el tamaño no tiene nada que ver con eso. Los seres humanos y los perros sólo pueden coexistir pacíficamente cuando los perros están en el papel de seguidor. La sociedad humana no puede permitir que los perros ladren, gruñan o muerdan a otro ser humano con el fin de decirles que no están contentos con lo que están haciendo. Si el perro se sale a la calle, no puede ser el perro quien decida cuándo debe volver. No podemos dejar que el perro decida quién está autorizado a entrar en su casa y quien no, (por supuesto a menos que sea un perro entrenado para ese propósito) o en qué momento usted puede salir de su casa. No podemos dejar que el perro decida quién está autorizado a tocar “su” bola o sentarse en “su” silla.
Millones de perros son puestos a dormir por los seres humanos cada año debido a que los seres humanos permitieron que el perro se convierta en el líder de la manada y el perro se convirtió en un mordedor. Cuando esto sucede, son los seres humanos los que han fracasado realmente con el perro.
Al no escuchar lo que su perro quiere cuando el perro es el líder de su manada, usted causa inestabilidad en su comportamiento que a menudo se manifiesta con estrés y ansiedad.
Los perros que van hacia atrás y adelante, de líder a seguidor, siempre están poniendo a prueba para ver cuál es su posición. La mayoría no quieren la posición y renuncian a ella fácilmente, pero todavía tienen el instinto de regañar y asumir el control cuando sienten debilidad. Estos perros no son verdaderamente felices, ya sea porque en realidad nunca se sabe quién va a ser líder en un momento dado y por tanto, no pueden sentirse seguros.
No podemos esperar que nuestros perros se comporten y nos escuchen, si no somos coherentes en demostrarles que somos los líderes. Los perros anhelan instintivamente estructura y el orden y buscan la figura fuerte de ese líder. Si detectan que la persona a cargo no es lo suficientemente fuerte, por instinto el perro va a hacerse cargo de esa función. Los perros no les importa si ese ser es humano o canino. Si ellos sienten que son más fuertes que los otros alrededor de ellos, van a empezar a hacerse cargo con el fin de “salvar” a la manada.
Si no se comunica con el perro en lo que no está de acuerdo o en lo que sí, ¿cómo él perro puede saber y aprender? Los perros necesitan disciplina, no el castigo. Nunca golpeen o griten a un perro, ellos no entienden ni interpretan bien el enojo. El refuerzo positivo es un método de entrenamiento maravilloso para modificar problemas de mal comportamiento. Al recompensar lo bueno, usted anima a ese comportamiento.
Recuerde:
Usted es el líder, su perro se lo agradecerá.
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Por: Ramón L Nevárez
Instructor, Entrenador y Especialista en Comportamientos Caninos
Director del Departamento de Obediencia de la Federación Canófila de PR
