IBM WATSON es uno de estos programas con un sistema avanzado capaz de procesar cantidades masivas de información aun sin estructurar, y llegar a producir data y conocimiento adicional sobre la información coleccionada e investigada. ¿Leyó bien? Utilizado en más de 36 países, IBM Watson es capaz de generar conocimiento adicional y está brindando excelentes resultados en áreas relacionadas a la salud, servicios financieros y educación. Este sistema aprende continuamente y acumula conocimiento a partir de su interacción previa con la información procesada. Pero el asunto no se queda ahí. La integración de robots con inteligencia artificial es una tecnología que ya las grandes corporaciones están considerando incorporar en sus procesos y sistemas.
Analistas e inversores de diversos sectores están mirando y evaluando estos avances muy de cerca, ya que las implicaciones que esto tendría en la vida diaria son cuantiosas. La introducción al mundo de los negocios de la inteligencia artificial implicaría la posibilidad de reducir considerablemente el costo de producción en algunas fábricas e incluso, podría representar el remplazar personal que brinda servicios de seguridad y cuidado médico.
Ya se han realizado estudios éticos sobre el uso de la inteligencia artificial que implica el ¿cómo manejar las intenciones y los actos de una máquina? ¿Cómo hacer para que la maquina no interfiera en asuntos estrictamente humanos o que no trate de analizar cierto tipo de data que se le presente? Y ¿cuán confiable podrían ser para realizar diagnósticos médicos?
Se prevé que para el 2050 las máquinas deben tener la capacidad de tomar decisiones y poder entender nuestro idioma, saber qué nos gusta y mediante nuestras respuestas no verbales, saber incluso qué estamos dispuestos a hacer.
De hecho, ya los teléfonos inteligentes reconocen el idioma humano. Ya es cotidiano el usar Siri, Google Now y Cortana. Ya los robots pueden “ver” y moverse dentro de su medio ambiente, y por si fuera poco la empresa de taxis Uber ya está trabajando con la implementación de una flota de vehículos manejados por robots en la ciudad de Pittsburg.
Probablemente el pensar de forma consciente, razonar, establecer una analogía y planear eventos futuros, es algo que está muy fuera del alcance de una máquina, pero sin lugar a dudas, las máquinas que piensan ya son un hecho, están entre nosotros y la cinematografía nos ha ido preparando para aceptarlo con menos resistencia.
