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¿NOS PUEDEN “HACKEAR” EL CEREBRO?

24 September 2016 Author :   Wilfredo Robles

Aun siendo el cerebro el órgano más usado y probablemente el menos conocido, los últimos descubrimientos y avances sobre su funcionamiento parece indicar que es posible.

 

Nuestro interés por conocer esta fabulosa computadora biológica llamada cerebro, ha llevado a la ciencia a elaborar métodos más so sticados para su estudio. Psicología, ciencias cognitivas, neurobiología y una de las más modernas, la neurorobótica son solo algunas de las ciencias dedicadas al estudio de esta gelatinosa masa color gris.

La neurorobótica ha hecho posible conectar nuestro cerebro a un computador. Mediante lo que se conoce como interfase mente máquina o interfase neuronal directo, una persona con parálisis e incapacitada para hablar, puede comunicarse a través de la computadora. A partir del desarrollo de la electroencefalografía se ha podido realizar grandes avances. Esta ciencia estudia la actividad bioeléctrica cerebral.

Mediante el análisis de impulsos cerebrales, pacientes encamados y con imposibilidad para hablar pueden expresar palabras que han sido decodi cadas como por ejemplo: frio, hambre, sed, sí o no, hola o adiós. El hecho de que nuestro cerebro funcione como un circuito eléctrico no solo permite conectarnos a un aparato externo, sino que también nos permite grabar su actividad para así poder estudiarla. Los avances en la decodi cación de palabras son tan sustanciales que el Dr. Geraint Ress, ex-director del Instituto UCL de Neurociencia Cognitiva y Director Adjunto de la Facultad de Ciencias del Cerebro en la UCL alega poder leer los pensamientos por medio de una moderna tecnología de captación de imágenes cerebrales. Estos avances han logrado que se puedan imprimir mapas sobre el cerebro, lo que ha hecho que se plantee la posibilidad de poder realizar algún tipo de psicocirugía cerebral mediante estimulación eléctrica en individuos que no actúen conforme a lo esperado por la sociedad en la que vive. En otras palabras, se está planteando la posibilidad de establecer control mental sobre criminales habituales o convictos peligrosos. Como es de esperarse ante importantes descubrimientos, estos ya están siendo incorporados a la tecnología militar. Se comenta sobre la existencia de armas psicotrónicas las que, mediante el uso de ondas y frecuencias pueden afectar el cerebro creando estados de perturbación mental que permiten desestabilizar al enemigo. Esta gama de descubrimientos sobre nuestro cerebro abre la puerta a la discusión de hasta dónde la privacidad de la mente se va a ver afectada. ¿Hasta dónde nuestros valores éticos y morales van a permitir el uso de tecnología capaz de controlar nuestra mente? ¿Acaso representan estos avances la posibilidad de que puedan “hackear” nuestros cerebros? ¿Significa esto que nuestro derecho natural de controlar nuestra propia mente podría verse afectado? Tal parece que se avecina un arduo y largo debate al respecto.

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